De Marco a Marco: artículo 981

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El origen de la intimidad

Alrededor de los 8 años podemos ver que el niño y la niña comienzan a mostrarse reservados en diversos temas que consideran parte de su intimidad personal. Comienzan a cerrar las puertas e incluso a bloquearlas para preservar sus actividades de miradas no autorizadas, exigen que se respeten sus cajones secretos y escondites, e incluso muestran modestia al cambiarse de ropa o ir al baño, cuando poco antes no plantearon objeciones para lucirse. desnúdate en el ambiente familiar más íntimo.

¿Por qué sucede esto en el desarrollo?

«Ups» es la caricatura que representa cada elemento del FM

En la etapa de escolarización, seguir la norma del grupo es una prioridad y se logra sin resistencia. Se podría decir que los niños han aprendido a ser buenos y a responder a lo que saben que se espera de ellos. Este período de calma coincide con el período de latencia sexual, después del Complejo de Edipo y aún algunos años antes del comienzo de la pubertad. Su nueva competencia cognitiva también les permite vivir intensamente en un mundo interno en el que realizan operaciones constantes con su pensamiento, imaginando lo que podría suceder y sus consecuencias, siendo esta capacidad fuente de creciente angustia. Se defienden tomando el control de sus cosas, mostrando juicio, tratando de garantizar mágicamente los límites de la realidad. El origen de su mundo privado – en contraposición a su actividad pública – estaría justificado por la necesidad de definir una esfera sobre la que pueda mantener un control absoluto.

Para que aparezcan sentimientos de vergüenza o vergüenza y conductas que protejan la privacidad personal, convergerá la evolución de tres procesos, cada uno siguiendo su propio rumbo:
1. Cognitivo: Acceso a operaciones específicas reversibles. Las operaciones lógicas se internalizan.
dos. Social: Descentralización cognitiva del egocentrismo. Apertura a los criterios morales del grupo.
3 – Afectivo: Periodo de latencia sexual. Prevalencia de ternura y aspiraciones estéticas.

Bibliografía:

Marchesi, A., Carretero, M. y Palacios, J. (1995). Psicología evolutiva 1. Teorías y métodos. Madrid: Alianza.
García Madruga, JA (2001). Estructura y mecanismos de cambio en psicología evolutiva.
En A. Corral y P. Pardo (eds.), Psicología Evolutiva I, Introducción al desarrollo, Vol. 1. Madrid: UNED.
Hall, C. (1978). Compendio de Psicología Freudiana. Buenos Aires: Paidós.

Javier AbellanAutor

Javier Abellán

Presidente de la Fundación

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