Mamá, papá me han dicho que los reyes magos son los padres

Todo el mundo sabe que los Reyes Magos no son los padres. Los Reyes vienen de Oriente cada año a decirnos que la vida es soportable porque la magia es parte de la realidad y, por eso, todos los niños del mundo tienen el derecho natural de disfrutar de sus regalos de Reyes Magos.

¿Cómo debemos responder a los niños que creen estar ya en condiciones de abandonar su infancia y adentrarse en la cruda realidad de ser mayores? Básicamente hay que decirles la verdad. Que los adultos logramos mantenernos a flote siempre que se nos concedan algunos salvavidas: amor, proyectos e ilusiones.

“Pero entonces, mamá, papá, ¿sois vosotros los Reyes Magos?” No hijos, nosotros no lo somos y jamás admitiremos serlo. ¡Ni se nos pasa por la cabeza acabar con la magia de los Reyes Magos, porque entonces os estaríamos negando vuestra ilusión, vuestra capacidad de conquistar el futuro!


Necesitamos pensar que antes o después la vida nos traerá el amor, otro amor diferente al que recibimos de nuestros padres, un amor en el que depositaremos el amor recibido y, que nos dará el aliento necesario para perseguir nuestros sueños y construir nuestros proyectos.

La ilusión será, de esta manera, la garantía de la supervivencia, de la adaptación a la adversidad, de la esperanza, del futuro, del seguir a flote a pesar de los pesares. La ilusión es como el refugio que siempre nos queda, que nos permite hacer un paréntesis dentro de la realidad, es la magia necesaria que nos permitimos hacer y, actuamos con la certeza de que el truco siempre funciona.

Privar a los niños de sus Reyes Magos sería negarles la posibilidad de renovar cada año la ilusión. La realidad siempre traerá sus regalos a quienes sigan creyendo en la magia de los Reyes Magos.

Los padres deberíamos madurar nuestra respuesta a sus envalentonadas y temerosas preguntas sobre este tema: “Mira hijo, mira hija, yo sigo creyendo en los Reyes Magos y la vida me va muy bien así; por eso te digo que si alguien quiere convencerte de lo contrario dile que se equivoca, que somos seres que solo existimos porque nos imaginamos recibiendo el amor de quienes nos quieren; que solo luchamos porque imaginamos que lograremos nuestras metas; que mantenemos la esperanza de que la realidad nos abra un hueco por dónde escapar mágicamente de vez en cuando”.


Y todo ello, mientras les convencemos para que sigan escribiendo sus cartas a los Reyes Magos y que nunca jamás dejen de escribirlas.

Autor: Dr. Abellán (Psicólogo Infantil)

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